¿Somos nuestros pensamientos?

Publicado por Blanca el 27/10/2022
¿Somos nuestros pensamientos?
La única forma de cambiar nuestra mente, es cambiar nuestra forma de pensar.

Lo que pensamos hoy, son nuestros actos de mañana.
Actualmente la sociedad cree que el éxito, la felicidad o el bienestar, se refleja en nuestro aspecto físico y , sin entrar en los traumas y desórdenes que esto provoca, hay mucha gente que lo ha aceptado como verdad irrefutable, y vuelca todos sus esfuerzos en conseguir esa perfección que nos han impuesto, pero la realidad es muy diferente. 

Se han escrito cientos de libros sobre esto y se han realizado más estudios todavía, hay tanta información que a veces la sencillez de un ejemplo nos ayuda a enfocar la imagen, por eso me gusta compararnos con los coches. Cuando se estropea un coche, el mecánico no abrillanta la carrocería, infla las ruedas o pule los faros. Un profesional abre el capó y busca los problemas en el motor, en el sistema que mueve el coche, sabe que la solución está dentro. Y nosotros deberíamos actuar igual que un buen mecánico, deberíamos mirar dentro y utilizar las herramientas adecuadas para arreglar el motor. 

Debemos querernos, respetarnos, cuidarnos desde dentro hacia fuera, y entonces nuestro físico sí reflejará un auténtico bienestar, sí será una salud real y no un selfie retocado para la galería. Haremos ejercicio, comeremos sanos, tendremos hábitos saludables de una forma natural, porque queremos estar sanos y contentos. Llegar a esto es simplemente amor hacia uno mismo.

La dura realidad es, que lo único que podemos controlar es a nosotros mismos, nuestros sentimientos, nuestros actos, nuestro mundo interior, todo lo demás, las situaciones que no emanan de nosotros quedan fuera y por tanto escapan a nuestro control. Lo que sí podemos controlar son nuestros pensamientos y por tanto nuestros actos, y ahí es donde puede producirse un cambio. 

Los acontecimientos sociales como una pandemia, una guerra, la subida de la electricidad, los alimentos o el combustible, son detonantes muy potentes. Este tipo de situaciones y vivencias ponen a prueba nuestra mente, ya que nos golpea con fuerza, se trata de situaciones extraordinarias que se dan en nuestra vida que debemos procesar e integrar. Para ello podemos utilizar todas las herramientas necesarias que tenemos a nuestra disposición. Tener en cuenta que si el interior no es revisado, cuidado y actualizado con frecuencia, una situación cómo la que acabamos de mencionar puede alterar nuestra realidad y hundirnos en el mar más profundo. Es aquí donde debemos poner especial atención a nuestros pensamientos. Escuchar lo que sentimos, escuchar nuestro cuerpo, que nos manda todo tipo de mensajes, como : cefaleas, urticaria, cansancio, fatiga, apatía, problemas intestinales …y una larga lista de síntomas, que son simplemente avisadores de que algo no funciona bien.

Volviendo a la pregunta: ¿Somos lo que pensamos?. Hay varios autores que determinan que no

No somos nuestro pensamiento, en algunas ocasiones realizamos tareas tan sencillas que ni siquiera requieren de nuestros pensamientos como vestirse o beber agua, es algo automático, pero incluso mientras realizamos este tipo de tareas, pasan pensamientos de forma constante por nuestra mente de los que no somos dueños, es ahí donde reside el poder, saber elegir los pensamientos, escucharnos y cambiarlos para que se vuelvan positivos. No hacernos daño frente al espejo, criticando nuestro cuerpo, no llamarnos inútiles porque cometemos un mínimo error. Debemos tratarnos bien, halagarnos y darnos todo el amor que nos merecemos, desde dentro, pensar bien de nosotros es clave para el bienestar. Lo que está claro es que los pensamientos influyen en nuestras emociones y en nuestras acciones, es aquí donde debemos ser conscientes que nuestros pensamientos son muy valiosos y afectan a nuestra forma de interpretar el mundo que nos rodea. Los únicos que podemos encontrar el bienestar y la tranquilidad en nuestras vidas somos nosotros mismos mirando en nuestro interior y siendo consciente de que los único que podemos hacer el cambio somos nosotros.

Nadie puede hacer nada para mejorar nuestras vidas, ni la familia, ni los amigos, ni los gobiernos. Solamente nosotros podemos conducir nuestra vida y por ello debemos coger bien el volante e ir a donde queramos, desde la responsabilidad de querernos y respetarnos. Creando nuestros pensamientos, pensando en positivo, agradeciendo lo que tenemos, lo que somos. Sabiendo que somos suficiente tal como somos.

Si lo pensamos y lo verbalizamos, lo llevaremos a cabo.

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